• Entre los objetivos de la prevención cardiovascular es prioritario mantener el perfil cardiosaludable de las personas sanas, lo que se puede conseguir mediante el abandono del hábito tabaquico , la realización de una alimentación saludable, 30 minutos diarios de actividad física moderada, evitar el sobrepeso y la obesidad abdominal, y el mantenimiento de la presión arterial por debajo de 140/90 mmHg, el colesterol total sanguíneo por debajo de 200 mg/dl (LDLc < 130 mg/dl) y una glucemia inferior a 110 mg/dl.
  • Hoy sabemos que nutrientes de la dieta mejoran la salud cardiovascular. Los ácidos grasos omega-3 modifican positivamente el perfil lipídico, la tensión arterial, la función cardiaca, la elasticidad arterial, así como el consumo de folatos y de fibra también pueden prevenir ciertas enfermedades cardiovasculares. Un consumo adecuado de frutas y verduras, de pescado (40- 60 g/día), de pescado azul (dos-tres raciones/semana) y el consumo de aceite de oliva virgen son medidas protectoras del riesgo cardiovascular.
  • Un paso clave en el plan terapéutico de un paciente con problemas cardiovasculares es modificar sus hábitos alimentarios y recuperar un peso saludable.